Recuerdo imperecedero
nos ha dejado Lalita
sus poemas los recita
y llora el pueblo holguinero.
Holguín
ya tiene su diosa
nació
y murió con el verso
y en
este mundo disperso
unió
a todos con su prosa.
Su
muerte, como una losa
caía
en el orbe entero,
la
canto su pueblo, pero
para
no olvidar su nombre
quedo
en la mente del hombre
recuerdo imperecedero.
Hasta
un Centro Cultural
la
dedican sus vecinos
que rotan
como molinos
para
guardar su caudal.
Aunque
no es nada casual
hay
con letra muy clarita
en
la pared la plaquita,
que
hace honor a su recuerdo,
y
pone de mutuo acuerdo,
“nos ha dejado Lalita”.
Los
niños y los mayores
conocen
toda su obra
y se
la saben de sobra
pues
son ávidos lectores.
A su
tumba llevan flores,
flor
que nunca se marchita
y la
niña más bonita,
con
una exquisita voz,
cual
mariposa veloz
sus poemas les recita.
Ya
todos saben en Cuba
que
se les murió la musa
se
fue la nota difusa
cuando
tocaban la tuba.
No
hay emoción que más suba,
ni
se paga con dinero
el
recuerdo verdadero
que
les queda a los cubanos,
con
pena estrechan sus manos
y llora el pueblo holguinero.
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